Caminos oscuros que arropan tensos silencios que irrumpen la paz, ponen
incomodo el transito y te nublan la vista, al final de esos caminos encuentras
luz o mueres en el intento, arrodillarse, rendirse y llorar son opciones que no
están en la lista, el llanto también es para los hombres pero no todas las
circunstancias adversas se lloran al momento, adelantando el paso hacia el
final de la historia con tu esperanza, tu fe y el orgullo de que nadie podrá
decir que no lo intentaste, jamás quedara la duda de otro posible fin en este cuento, haciéndote del tamaño de tu
compromiso y saliéndole al paso al dolor puedes mirar la salida que te guía al
remedio que sana tu momento y complace a quien confió en ti, principalmente
dios que lo único que nos pide es fe, si tenemos que morir moriremos porque no
hay dudas que es el fin y si tenemos que perder a alguien es porque ya no está
en nuestras manos y nuestro señor lo quiso así, si nos rompen el corazón fue
porque llegamos hasta el final con quien se encargo de romperlo y siempre
pudimos conservar la fe, recogeremos y juntaremos los pedazos y seguiremos
confiando que dios siempre tiene para uno algo mejor, la esperanza siempre
mayor que nuestro miedo, nunca de cobarde ante la vida, creyendo siempre en dios,
en nosotros y alimentándonos de los regalos de la naturaleza y de la poesía,
agradecidos de poder mirar el mar en un atardecer y acordarnos de un ser
querido, de poder reírnos solos con un
grato momento en nuestra memoria o de poder confiarle a un árbol nuestros
sentimientos por alguien, dejando caer letras a un papel que de repente perderemos,
pero por lo menos a él le constara que regalamos parte de nuestro corazón a
quien nos saco una sonrisa o nos alimento las ganas de seguir adelante por
algún gesto hacia nosotros, con los sentimientos aliados de la fe no hay
camino oscuro que no podamos iluminar ni tensos silencios que no podamos romper
en alegría, gracias a dios tenemos siempre un paisaje bonito para rendirle
homenaje al amor, una brisa que nos trae buenos recuerdos y arrastra los malos
y un sol que no nos cobra la luz con la que podemos ver clarito todo el
espectáculo de nuestra vida en presencia de dios y aliada a una gran fe.
Autor: Jorge Buendía
Teibaadecir.blogspot.com
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